- Implicaremos a los más pequeños/as, en la medida que su edad lo permita, en la compra de los alimentos y en su preparación. Si el niño/a elige en el supermercado un cierto alimento, de entre aquellos que le hayamos sugerido, en la cocina ayuda en la preparación, ha elegido algún ingrediente, se ha encargado de revisar el punto de sal o lo ha decorado (una flor de zanahoria, estrellitas de patatas, dibujos de caritas sonrientes sobre los alimentos…), será más fácil que asuma como suyo ese alimento y tenga más ganas de comerlo.
- Establecernos ciertas reglas para la hora de las comida que seguiremos son excepción todos los miembros de la familia. Esto hace que el niño no adquiera un imagen de cumplimento uy estabilidad que integrará en su repertorio conductual como algo habitual y necesario. Algunas ideas que pueden ayudarnos:
- Desayunar, comer, merendar y cenar aproximadamente a la misma hora todos los días. Siempre puede haber excepciones que haremos ver como tales al niño/a para resaltar su excepcionalidad.
- Como siempre sentados y en lugares apropiados.
- Comer sin distracciones, por ejemplo, sin la televisión, el ordenador, juegos electrónicos u otras fuentes de distracción.
- Daremos a nuestro hijo/a un tiempo prudencial para que se prepara para comer. Es importante que el niño/a disponga de un tiempo de adaptación, sobre todo si viene de una actividad intensa. Como jugar en el parque, para que se relaje y se prepare con tranquilidad para comer. También hemos de asumir que los niños comen más despacio que los adultos y que necesitan su tiempo; a veces habrá que armarse de paciente, recordando que la cantidad que como el niño/a dependerá d lo que estemos dispuestos a seguir su ritmo y que siempre deberemos mantener la dos reglas ya descritas: el adulto es el que decide que se cómo y el niño cuánto.
- Creamos una ambiente agradable alrededor de las comida. Es bueno emplear el m omento de las comida para mantener conversaciones en familiar sobre temas que no generen conflictos. En algunos casos se puede usar una vajilla decorada con motivos infantiles, poner música agradable de fondo o utilizar cualquier estimulo agradable que ese asocie a las comidas.
- Educaremos a los niños /as en el gusto de una variedad de alimentos. Acostumbrar al niño/a desde pequeño a diferentes sabores. Cuanto antes se empiece, mejor. Siempre hemos de tener cuidado de no trasmitir a los niños nuestras “manías” a cierros alimentos. También es muy importante mantener menús variados que incluyan todos los grupos de alimentos; en este sentido, es necesario insistir en las bondades del estilo de alimentación mediterráneo clásico (legumbres, verduras, cereales, frutas, pescado y carne, condimentados con aceite de oliva y acompañados de cierta cantidad de pan).
- Educaremos el control de las sensaciones de apetito y saciedad. Este aprendizaje debemos empezar desde la lactancia o la alimentación artificial. Intentado alimentar a nuestro bebé cuando este lo pida y a su ritmo. A veces creemos que ciertos bebés son inapetentes, si bien eso no es cierto, ya que succionan “con ansiedad” y este estilo de alimentación hace que acumulen muchos gases y que coman poco “pero muchas veces”. Es importante enseñar a los niños/as a escuchar su cuerpo y saber responder consecuentemente. Conviven comer despacio hasta sentir la sensación de saciedad, no hasta que el plato esté vacío, y engañar la voracidad con alimentos saciantes pero sanos.
- Serviremos en el plato la cantidad que habitualmente suele comer el niño/a. solo ofreceremos más cantidad si se come todo lo servido y pide o acepta mas comida cuando se les sugiere. Si actuamos al contrario, llenando el pato con la cantidad que desearemos que comiera, examinando cuento llega a comerse y recriminamos todo lo que va dejando en el plato, tendremos el camino directo hacia el confito.
- Conocer y, si es posible, controlar que como el niño/a fuera de casa. Por ejemplo, en los comedores escolares, la casa de familiares, con sus amigos en el parque, etc. A veces todo el trabajo de educación en buenos hábitos alimentario que se realiza en casa se viene abajo en otros contextos.
- Reservamos los productos farmacéuticos para casos difíciles. El uso de esto productos deber ser la última solución en casos complicados, que no ha respondido bien al control que se ha planteado y siempre tras una valoración médica, nunc por la propia cuenta de los padres.
- Permitiremos excepciones. Si bien los alimentos habitualmente llamados “comida basura! (bebidas azucaradas, bollería industrial aperitivos salados, frituras, pizzas industriales…) no deben formar parte de la alimentación habitual de nuestros hijos, de vez en cuando, una tarde a la semana, con método de alguna celebración, etc. Puede consumirse con moderación. Comer dichos alimentos a veces es un acto social y ahora cierros niños/as el poder hacerlo les servirá para sentirse integrados en su grupo de amigos/as.
Esperamos sean de ayuda las anteriores recomendaciones, en caso de tener alguna pregunta no dudes en contactar y pedir más información llamando al 636090517 o escribiendo un e-mail a: info@renaixcentrepsicologia.com